Javier Picazo Feliú
Doha, 8 nov (EFE).- Conservador, multicultural, acogedor y seguro. Así es Catar, un pequeño país de contrastes con menos de tres millones de personas de los que un 80 % son extranjeros y que, en apenas unas semanas, acogerá el Mundial de fútbol, su gran baza para abrirse al mundo y demostrar su sorprendente evolución social, cultural y económica.
El torneo es, sin duda, uno de los más polémicos de la historia, tanto por los casos de corrupción en el seno de la FIFA en la elección de la sede como por las condiciones laborales de los trabajadores durante la construcción de los estadios y las infraestructuras, la igualdad entre hombres y mujeres o la censura a la comunidad LGTBI.
“Creo que ha habido muchas preguntas y debates sobre este tema y quiero tranquilizar a la gente. Sí, Catar es un país conservador. Es un país pudoroso. Las restricciones a las personas y la forma en que viven no son tan grandes como se hace creer”, asegura a EFE el CEO del Mundial Qatar 2022, Nasser Al-Khater.
Se trata de un país con normas culturales y religiosas identitarias. En general, se recomienda vestir cubriendo los hombros y que los pantalones lleguen por debajo de las rodillas, está restringido el consumo del alcohol, no son bien vistas las muestras de afecto entre parejas y es mejor no quedarse mirando a la gente o fotografiarla sin permiso. Escupir en la calle o tirar basura al suelo está sancionado y hay tolerancia cero con las drogas.
“La demostración pública de afecto no es algo a lo que estemos acostumbrados aquí. Los hombres y las mujeres pueden darse la mano, pueden darse un abrazo ocasionalmente. Pero, ya sabes, yendo más allá, entenderán que la gente los puede mirar o decir algo. Las personas que entienden la cultura vendrán aquí y respetarán la cultura. Somos muy acogedores y hospitalarios”, añade Al-Khater.
MULTICULTURAL
El país es el segundo del mundo con más porcentaje de inmigrantes y aquí viven personas de casi 200 nacionalidades. El gran área metropolitana de la capital, Doha, es un auténtico crisol multicultural de unos dos millones de residentes, ultramoderna y centro empresarial del país y la región.
“Tenemos muchos europeos, norteamericanos, sudamericanos, gente de Asia. Viven aquí y se sienten cómodos. Ven a Catar como uno de los países más seguros del mundo, el más seguro del mundo árabe. Y, en general, están aquí porque todo es positivo en términos de libertades (...) La gente vendrá y verá que todo este debate existente era en vano”, apunta.
Lo primero que llama la atención al llegar a Catar es la sensación de estar en un país nuevo. Todas las calles, infraestructuras, transportes o edificios lucen perfectos. La planificación en términos de sostenibilidad es brillante, con ejemplos como la smart city Msheireb, y el diseño de sus edificios es puntero e innovador.
Han pasado de ser aldeas de pescadores y perlas a convertirse en un país próspero impulsado por el petróleo y el gas natural, orientado ahora al desarrollo del turismo y la educación como principales pilares de crecimiento, con Qatar Foundation como bandera. Convertirse en sede del Mundial ha sido el gran espaldarazo.
“Para nosotros es más que fútbol. De hecho, forma parte de nuestro ‘Plan de desarrollo Nacional 2030’ (...) La Copa del Mundo es un catalizador para impulsar este plan y asegurarnos de que todo está preparado para organizar uno de los espectáculos más importantes del mundo”, asegura Fatma Al-Nuaimi, directora de Comunicación de Qatar 2022.
EL LEGADO CATARÍ
La organización del Mundial espera que el torneo atraiga a unos 2 millones de visitantes, con lo que aceleraron su planificación de renovación de infraestructuras para que estuviera preparado para el torneo con una inversión cercana a los 200.000 millones de dólares. Un legado para el país y sus ciudadanos.
En la construcción de esas infraestructuras, diversas organizaciones de derechos humanos han denunciado abusos contra los trabajadores migrantes, impagos de salarios o condiciones extremas de los empleados que han provocado muertes. Críticas y denuncias que el país defiende con la implementación de medidas "en tiempo récord" para poner fin a los problemas del sector.
Entre estas medidas se encuentran la aprobación de un salario mínimo o la “abolición” del sistema de patrocinio que ata a los empleados a la voluntad de sus empleadores.
“La gente puede encontrar y leer muchos artículos desinformados sobre Catar, pero tendremos más de un millón de aficionados que vienen y van a experimentar ellos mismos, este será uno de los legados más verdaderos que tendremos en este evento. La gente va a venir aquí y cambiará su percepción y, entonces podrán emitir sus propios juicios y su propia idea de la situación que existe aquí”, apunta Al-Nuaimi.
Acoger a los extranjeros, asegura, “no es algo nuevo para nosotros. Es algo natural, es una nación muy hospitalaria. Vamos a dar la bienvenida al mundo, no puedes ver la emoción de la gente local aquí esperando a acoger a todos. Se han planeado muchas actividades increíbles para aficionados, estamos deseando arrancar”.
Qatar 2022 tiene todo preparado para la cita mundialista. Gastronomía, cultura y actividades específicas para mostrar al mundo su potencial. “Tenemos un plan para asegurarnos de que los fans conozcan un nuevo sabor, una nueva música, una nueva comida. Algo nuevo para ellos. Y será el modo de enriquecer su experiencia, será lo que se lleven cuando vuelvan a casa”, concluye.
DATOS DE INTERÉS
La península de Catar es una superficie de 11.500 kilómetros cuadrados formados por islas, áreas protegidas, 563 kilómetros lineales de costa y desierto, con unos 1.800 kilómetros cuadrados de dunas blancas.
Su clima es desértico pero en el invierno, cuando se disputa el Mundial, es moderado con temperaturas entre los 15 y los 30 grados centígrados.
El idioma oficial es el árabe, aunque el inglés lo habla todo el mundo. La religión es el Islam y la ley que impera es la Shari’a, la ley islámica, con normas de protección basadas en sus interpretaciones del Corán y la Sunna (enseñanzas del profeta Mahoma).
La semana laboral va de domingo a jueves, siendo el viernes y el sábado sus dos días festivos. El viernes los bancos y otros servicios estarán cerrados y algunas tiendas suelen cerrar durante la oración del mediodía. Durante el Mundial, las escuelas tendrán vacaciones del 20 de noviembre al 22 de diciembre, para no generar más tráfico del deseado durante el evento y permitir a los jóvenes disfrutar de la fiesta del fútbol.
El emir es el jefe del estado, actualmente Tamin bin Hamad Al Thani desde 2013 cuando su padre, Hamad bin Jalifa Al Thani, abdicó tras 17 años de reinado en el país. Una familia cuyo poder se remonta a las tribus de inicios del siglo XVIII. Se trata de un país relativamente joven, con una primera constitución en 1972, tras su independencia del imperio británico. EFE
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